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Apuesta por el coaching profesional

09/03/17
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Contar con un equipo motivado en su trabajo, cohesionado como equipo, comprometido con la empresa y formado para realizar la tarea y en habilidades personales es el sueño de todo empresario. Promover procesos de coachig profesional dentro de la empresa es clave para lograrlo y Rumbo Sport propone hacerlo desde una pista de pádel. Estos procesos reportarán una mayor eficiencia productiva y un clima laboral más favorable con su consecuente repercusión en beneficios económicos. Pablo Collado, coach y colaborador de Rumbo Sport, te acerca, en este artículo, a qué se entiende por coaching profesional. ¿Te atreves a adentrar a tu empresa en este mundo?

 

¿Qué sabes acerca del coaching profesional?

 

Poca gente conoce que el primer libro sobre coaching pertenece al ámbito deportivo. “El juego interior del tenis” es su título. Lo escribió Timothy Gallwey en 1972 y pocos aceptaron que algo “interior” o “mental” tuviera que ver con el desempeño deportivo.

 
Actualmente, las cosas han cambiado mucho. Como es bien sabido, la mayor parte de los deportistas de élite cuentan con una persona encargada de apoyar el trabajo “mental” que permita estar al máximo en un entorno de extrema competitividad.

 
No nos extraña si Pau Gasol comenta a un medio de comunicación: “Medito porque me ayuda a calmar mis pensamientos y controlar mi estrés, y a centrarme en el momento… Empecé a hacerlo hace unos años durante mi etapa en los Lakers porque nuestro entrenador, Phil Jackson, nos hacía meditar en grupo. A partir de ahí, profundicé”.

 
Valdano hizo famosa la frase: “Un equipo es un estado de ánimo” Las emociones que se dan en el equipo, las relaciones entre los jugadores y el entrenador y entre ellos mismos, la reacción ante las derrotas o las creencias sobre lo que debería ser el papel de cada uno, y otras mil cuestiones más marcan el desarrollo futuro de un equipo.

 
Los que practicamos tenis o pádel o cualquier otro deporte sabemos qué significa “jugar con el brazo encogido” o hemos escuchado “no consigo dominar el revés (u otro golpe)”, “siempre me gana, me tiene comida la moral”, “hoy no he conseguido concentrarme”, etc.

 
Estas frases reflejan lo que el mencionado libro describe, que hay un juego exterior y un juego interior. Un juego exterior dónde se ubican las necesarias habilidades técnicas y tácticas y un juego interior lleno de sensaciones, pensamientos, percepciones, etc., que también hay que saber gestionar. Es fácil ver el paralelismo existente entre deporte y empresa.

 
La gestión de este “juego interior”, como puede imaginarse, no es sólo importante en el deporte. El coaching trabaja en el ámbito puramente personal y también existe un coaching profesional con variadas ramificaciones, algunas muy rigurosas y otras más discutibles.

 
Según la International Coach Federation (ICF): «El coaching profesional es un proceso de acompañamiento reflexivo y creativo con clientes que les inspira a maximizar su potencial personal y profesional.»

 
Pero, ¿qué se entiende por acompañamiento? El coach no marca objetivos, ni dicta caminos. Es el cliente, o coachee, el protagonista a la hora de seleccionar sus metas, los retos a los que quiere enfrentarse y cómo los afrontará, y todo esto lo hace con alguien que le acompaña y le sirve de espejo. Volviendo a la ICF, las responsabilidades del coach son:

 
• Descubrir, aclarar y definir lo que el cliente quiere alcanzar.
• Estimular el auto-descubrimiento del cliente.
• Suscitar soluciones y estrategias generadas por el propio cliente.
• Mantener en el cliente una actitud responsable y consecuente.

 

Cada proyecto de coaching comienza de formas muy diversas, pero que desvelan inquietudes comunes. Así, es usual encontrarse con frases como, “tengo muchos problemas con mi jefe”, “no sé cómo gestionar a este equipo” , “me gustaría saber optimizar mejor el tiempo”, “me alteran no saber gestionar los conflictos”, “no sé si seré capaz de…”, etc. Pero en mi experiencia como coach puedo decir que en la gran mayoría de los casos, me he encontrado con la misma escena al final de proceso:
– Ahora las cosas han cambiado, están mejor
– ¿Y qué crees tú que es lo que ha cambiado?
– Sin duda, he sido yo quien lo ha hecho.

 

Pablo Collado
People Frist Consulting
www.peoplefirstconsulting.es
pablocollado@peoplefirstconsulting.es